Ha
sido muy frecuente en el lenguaje coloquial, y todavía lo sigue siendo,
referirse a comportamientos y actitudes poco "civilizadas" como propias
de los Neandertales, como si nuestros parientes más cercanos
evolutivamente hablando fuesen inferiores en cuanto a capacidades
mentales y unos bárbaros en su comportamiento. Varios estudios
publicados en los últimos tiempos vienen demostrando que la forma de
vida de estos humanos fue bastante más compleja de lo que se esperaba y
se sabía. En esta entrada voy a hacer referencia a uno de los artículos
que más me llama la atención sobre este tema, publicado por Zilhao et
al. en PNAS en 2010.
En
este trabajo los autores localizaron en dos cuevas de la Región de
Murcia, Cueva de los Aviones y Cueva Antón, numerosos restos de conchas
perforadas y con restos de diversos pigmentos de origen mineral a los
cuales se les atribuye un uso ornamental por parte de los Neandertales
que poblaron esta zona. Estos materiales se han fechado hace unos 50.000
años, del Paleolítico Medio, unos 10.000 años antes de que los humanos
modernos llegasen a Europa. La situación de los yacimientos donde se
localizaron las acumulaciones de conchas y las propias características
de las mismas descartan que esa acumulación tenga un origen distinto de
su uso por parte de los Neandertales.
Esta utilización de conchas pigmentadas como adorno corporal se había documentado previamente en Sudáfrica y el Oriente Próximo (hace entre 70 y 120 mil años) en poblamientos de humanos modernos y se asocia con un comportamiento plenamente moderno en el cual el simbolismo tiene una importancia significativa.
El hecho de que los Neandertales también mostrasen este tipo de
conducta fortalece enormemente la idea de que el comportamiento moderno
va unido al progreso tecnológico, el aumento poblacional y a una mayor
complejidad social, a la vez que debilita su vinculación con las
capacidades mentales superiores que se atribuían a los humanos modernos.
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