La vegetación que cubre estas laderas se encuentra formada por un matorral mediterráneo relativamente termófilo (que prefiere climas "templaditos") con jaras (Cistus albidus), romeros (Rosmarinus officinalis), bojes (Buxus balearica), tojos (Ulex sp.)..., y algunas encinas y pinos resineros salpicados.
Justo antes de llegar a la aldea de Imizzar, donde ya existe suministro eléctrico a diferencia de Azilane y Afeska, nos encontramos con el Oued Farda y comenzamos a percibir de forma aún más manifiesta la importancia y repercusión ambiental que tiene el cultivo del kif o marihuana en la cultura rifeña. Y es que en ese punto es cuando comenzamos a apreciar importantes superficies deforestadas para cultivar esta planta. La sola visión de las laderas de fortísima pendiente tan características del Rif completamente deforestadas y expuestas a la acción de la erosión me puso la piel de gallina. Y eso que en esta parte media-alta del valle aún se respetaban algunos ejemplares de pino resinero, testigos mudos del declive de sus sociedades, víctimas de uno de sus principales pilares económicos del Rif marroquí: la producción de kif.
Comenzando la bajada por un arroyo afluente del Oued Farda hacia Imizzar. |
Loro, pero no el pájaro... =P (Prunus lusitanica) |
Buxus balearica |
Lechetrezna de gran porte (Euphorbia characias) |
Plántulas de marihuana o kif (Cannabis sativa) mezcladas con habas en Imizzar. |
Laderas deforestadas con algunos pinos resineros supervivientes cerca de Imizzar. |
Llegamos al encuentro del río Farda, laderas deforestadas para el cultivo del kif |
Paisajísticamente la hoz del río Farda es un corte en la corteza terrestre por donde circulan las aguas bravas de este río describiendo meandros bajo las altivas paredes que él mismo ha ido generando a lo largo de miles o millones de años de erosión fluvial. Todo ello cubierto por una exuberante vegetación mediterránea que se aferra a las rocas casi verticales de forma inverosímil y siempre bajo la atenta mirada de las cumbres del parque de Talassemtane, cubiertas de esos pinsapos de silueta negruzca.
Recuerdos ibéricos: ¿no se parecen bastante estas rocas a las del Torcal de Antequera? |
Farallones calizos de unos 80-100 m de altura aguas abajo de Imizzar. |
Mancha de vegetación mediterránea en buen estado de conservación en el valle del Oued Farda. |
Lentisco (Pistacia lentiscus) en plena floración. |
Pont Farda |
Flor de jaguarzo blanco (Cistus albidus). |
Deforestación en pleno Parque Nacional. Fijaos en la pendiente que se alcanza. |
Sin embargo, en nuestro descenso hacia este enclave experimentamos una sensación de profunda tristeza y sobrecogimiento cuando vimos subir por esa fortísima pendiente a un grupo de chicas cargadas con enormes fardos de forraje a la espalda para alimentar al ganado. Es tremendo que el hecho de nacer unos kilómetros al norte o al sur condicione tan fuertemente la vida que puede llevar una persona. Aparte queda el hecho de que casi nos descalabran unas niñas que nos tiraron unas piedras cuando bajábamos hacia el Puente de Dios por el barranco. Vimos estupefactos cómo las pequeñas piedras pasaron como misiles a nuestro lado, afortunadamente sin herir a nadie en su recorrido.
Las profundas gargantas del río Farda en la zona más próxima al Puente de Dios. |
Viola arborescens |
Bonita aldea rifeña: ¿Ouslaf? |
Felices sobre el Puente de Dios |
El Puente de Dios y su entorno. La altura del puente de roca sobre el río da vértigo. |
Cruzando el Estrecho, con el peñón de Gibraltar al fondo. Para terminar el viaje de manera inmejorable, pudimos disfrutar del avistamiento de delfines en estas aguas. :-) |
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