viernes, 2 de marzo de 2012

Los anfibios y sus amenazas de extinción

Los anfibios, ese grupo tan especial de animales que incluye en nuestras latitudes a ranas, sapos, salamandras y tritones. Sin duda que la mayor parte de nosotros los conocemos y recordamos por ese proceso tan asombroso que experimentan algunos de sus grupos, esa serie de cambios que conducen a un ser vivo con aspecto de pez a modificar las proporciones de su cuerpo, formar sus patas y perder su cola, alcanzando finalmente el estadio adulto de rana o sapo, en definitiva, la metamorfosis. Recuerdo mi infancia y adolescencia en el pueblo, cuando las ranitas de San Antonio (Hyla arborea) no eran difíciles de ver, nos asombrábamos con el proceso de metamorfosis de los tan abundantes renacuajos de rana común (Rana perezi)o veíamos cómo los mayores acababan con los "escuerzos" o sapos (Bufo bufo) asociándoles actitudes agresivas y considerándolos animales venenosos y peligrosos. Cuando creces y te interesas por estos asuntos, aprendes que todo eso era mitología, que los sapos no atacan a nadie y que en el caso de producir algún efecto pernicioso sobre la salud humana será porque hemos incordiado al animal, tocado donde no debíamos y luego nos hemos llevado las manos sobre los ojos, a la boca o similares.

Lo que a fin de cuentas quiero transmitir en el anterior párrafo es que los anfibios eran abundantes, mucho más de lo que lo son ahora, o al menos ésa es la percepción de la mayor parte de las personas "camperas" con las que hablas. Esta apreciación ha sido corroborada en diversos estudios científicos llevados a cabo en la península Ibérica.

Pero lo que realmente me ha llevado a escribir esta entrada es la reciente publicación de varios artículos o comentarios sobre las amenazas que se ciernen sobre este grupo de animales y sus sombrías perspectivas de futuro (en torno al 30-40 % de sus especies se encuentran en un riesgo de extinción inminente). Así, Hof et al. (2011, http://192.38.112.111/pdf-reprints/Hof_Nature_2011.pdf, Nature) muestran en sus trabajos de modelización que el cambio climático, las alteraciones en los hábitats asociadas a actividades humanas y la quitidriomicosis (una enfermedad fúngica descubierta en 1998 que está conduciendo a declives muy importantes de las poblaciones de anfibios e incluso a la extinción de algunas especies a escala global, pero especialmente en Australia y América Central) pueden conducir en un futuro próximo reducciones notables en el número de especies de anfibios a escala global. Esta situación será proporcionalmente más grave en áreas de alta diversidad de anfibios.

Tras la publicación de este artículo, David B. Wake ha publicado esta semana en Science un comentario (http://www.sciencemag.org/content/335/6072/1052.summary) en el cual incide en la tremenda relevancia que tiene el hecho de que los anfibios están experimentando la amenaza conjunta de diversos factores que interactúan entre sí potenciando sus efectos. De acuerdo que el cambio climático es un factor de amenaza muy importante, especialmente para muchas especies con áreas de distribución muy restringidas y que viven en condiciones ambientales muy concretas, ya que la capacidad de desplazamiento y dispersión de los anfibios es bastante limitada. Pero también es cierto que muchas especies han superado periodos con oscilaciones climáticas muy acusadas durante las glaciaciones cuaternarias. ¿Qué agrava la situación en la actualidad? Que los seres humanos hemos modificado de forma muy acusada los hábitats naturales, su conectividad, y además hemos introducido especies alóctonas invasoras que alteran el funcionamiento original de los sistemas. Todo esto hace que los anfibios deban ser un grupo al cual prestemos mucha atención, desarrollando medidas de conservación que traten de paliar en la medida de lo posible los efectos de todas estas importantes amenazas que afrontan en la actualidad tan interesantes animales.


Representación de la distribución altitudinal de diversas especies de salamandras presentes en el Volcán Tajumulco, Guatemala. Entre 1978 y 2005-2007, tres especies de las zonas altas que un día fueron comunes se han extinguido (en rojo), mientras que otras dos han visto muy reducido su rango altitudinal (Wake, 2012; Science).

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