domingo, 11 de marzo de 2012

Consecuencias de las extinciones de megafauna en Norteamérica

Uno de los temas científicos que más me apasiona en los últimos tiempos (aparte de mis propios trabajos, claro está ;-)) es la evolución ambiental de Norteamérica al final del último ciclo glacial. Durante este periodo (hace entre 17000 y 9000 años) se producen una serie de situaciones realmente originales, fundamentalmente la conocida como "extinción o colapso de megafauna" y la presencia dominando el paisaje de bosques que carecen de análogos modernos (es decir, que en la actualidad no encontramos nada similar en ninguna parte del globo). Los cambios que se registran en la vegetación son especialmente rápidos hace entre 13 y 10 mil años. Pasemos a ver en qué consistieron y cómo se produjeron todas estas situaciones y si pudiera existir alguna relación entre ellas. Para ello, seguiremos los resultados y razonamientos expuestos en Gill et al. (2009, Science, http://www.geography.wisc.edu/faculty/williams/lab/pubs/Science%202009%20Gill.pdf).

La extinción de megafauna en Norteamérica consiste en una oleada de extinciones que azotó América del Norte eliminando más de la mitad de sus especies de mamíferos con un peso superior a 32 kg y causando la desaparición completa de aquéllas con un peso superior a la tonelada. Las causas de este proceso se considera que pudieron ser los cambios climáticos y la caza por parte de los seres humanos, que actuaron muy probablemente de forma conjunta. Una hipótesis bastante sugerente fue que el impacto de un meteorito hace unos 12900 años pudo causar esta extinción masiva, pero ha sido duramente criticada (en PNAS se puede seguir toda esta polémica con detalle).

Por otra parte, las comunidades vegetales sin análogos actuales se infieren a partir del registro polínico, donde se observa una extraña mezcla de árboles caducifolios propios de climas templados (fresnos, olmos, carpes...) con coníferas características de climas fríos (píceas, alerces...).

La forma en que se desarrollaron los acontecimientos sugiere que debieron existir relaciones causales entre la extinción, la existencia de esas comunidades vegetales y la rapidez de los cambios vegetales ocurridos. Para abordar estas cuestiones, el equipo de investigadores que comentábamos utilizó el registro sedimentario de varios lagos en el norte de los Estados Unidos. En esos registros sedimentarios evaluaron la composición de la vegetación mediante análisis polínicos, la abundancia y/o severidad de los incendios a través del registro de carbón sedimentario, y la abundancia de herbívoros de gran tamaño utilizando la abundancia de esporas del hongo Sporormiella, que suele poblar los excrementos de los herbívoros.

Representación de los principales resultados de Appleman Lake (Indiana), donde se aprecia la evolución de la vegetación (coníferas y frondosas propias de las formaciones sin análogos, distintos tonos de verde), las poblaciones de herbívoros (estimadas a partir de la curva azul) y los incendios (utilizando carbones, curva negra) (Gill et al., 2009, Science)
En el lago estudiado con mayor detalle, Appleman Lake, se aprecia que Sporormiella es abundante hasta hace 14.800 años, cuando comienza un acusado descenso que hace que a partir de hace 13.700 años este hongo muestre un registro muy escaso que sugiere un declive muy acusado en las poblaciones de grandes herbívoros americanos, que se extinguirían finalmente hace unos 13-11,5 milenios. Las comunidades vegetales sin análogos en la actualidad se desarrollaron a partir de hace unos 13700 años, justo después del descenso en las poblaciones de herbívoros (que indica Sporormiella), y se caracteriza por un aumento en la representación de fresnos y carpes, que pasan a acompañar a las ya establecidas píceas. Estos bosques persistieron hasta hace unos 11900 años, cuando fueron desplazados por pinares y posteriormente por robledales durante el Holoceno inicial (10500 años). Respecto a los incendios, hasta hace unos 14300 años los incendios bien fueron muy escasos o la biomasa acumulada no era suficiente para producir grandes cantidades de carbón. Entre esta fecha y hace 10700 años tuvo lugar una fase en la cual se produjeron varias fases de incendios coincidiendo con el descenso en la representación de Sporormiella y los cambios en la vegetación regional.

A partir de estos resultados se puede afirmar que la desaparición de los grandes herbívoros se produjo de forma progresiva y no completamente repentina (desestimándose por tanto la hipótesis de un impacto extraterrestre) y liberó probablemente de una importante carga pastante a una serie de árboles caducifolios (que son preferidos por los herbívoros), permitiendo de esta forma la expansión de sus poblaciones y el establecimiento de los bosques sin análogos actuales. Asimismo, la acumulación de una creciente biomasa no consumida por los herbívoros favoreció el aumento en los incendios que se registra en toda esta zona a partir de hace unos 14000-13000 años. Sin embargo, uno de los grandes interrogantes en la paleoecología norteamericana, discernir las causas finales de la extinción de megafauna, climáticas y/o humanas y en qué grado cada grupo de ellas, queda a la espera de respuestas definitivas.

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