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jueves, 22 de marzo de 2012

Sierra de Cazorla

Después de la ascensión a La Sagra nos desplazamos hacia nuestro siguiente destino, Cazorla, en la provincia de Jaén. Hay un buen trecho en coche entre ambas sierras (creo que nos llevó más de dos horas), pero el paisaje es realmente bonito (lo que pudimos ver, ya que se nos hizo de noche) y eso atenúa el cansancio que produce conducir tanto tiempo tras una actividad física relativamente exigente.

Cazorla y las sierras que integran el Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas son lugares con un enorme significado para mí. En primer lugar recuerdo que cuando era pequeño leía en los libros y revistas acerca de la riqueza faunística de este territorio, hogar de muchos de los grandes ungulados de la fauna ibérica ((re)introducidos o no). Muchos de los que leéis este blog también tendréis en mente esas impactantes escenas de la berrea de los ciervos a orillas del embalse del Tranco de Beas grabadas por Félix Rodríguez de la Fuente para "El Hombre y la Tierra". Después uno crece, entra en una carrera denominada "Ingeniería de Montes" y allí se multiplican las referencias a los montes de este territorio: los árboles más viejos de España, ejemplos de ordenación forestal, selvicultura, repoblaciones y ordenaciones forestales o correcciones hidrológicas para reducir los riesgos de riadas procedían frecuentemente de estas sierras. Aquí podéis ver un reportaje más o menos corto con algunos de los principales hitos en la gestión forestal de estas sierras. Cuando se avanza aún más en el friquismo botánico, aparecen las plantas que son exclusivas de estas tierras como la Viola cazorlensis, Pinguicula vallisneriifolia o Geranium cazorlanum.

Aún recuerdo con gran alegría esa primera expedición a estas tierras con mis amigos Alonso, Félix, Dani y otros amiguetes suyos en la cual experimentamos el duro clima cazorlense con buenas nevadas incluidas, ascendimos al pico Cabañas pasando por el nacimiento del Guadalquivir en la Cañada de las Fuentes, conocimos los árboles más viejos de España en el entorno de Puerto Llano y tomamos contacto con el río Borosa.


Pinos salgareños (P. nigra) en la zona del pico Cabañas y Puerto Llano, donde se han localizado los árboles más viejos de España, con una edad estimada en unos 1.050 años.
La segunda visita a este terreno fue de lo más variopinto. Por una parte "tullí" mi coche nuevo en una de esas características calles de Cazorla, empinadas, estrechas y llenas de coches mal aparcados. También conocimos uno de esos sitios donde es preferible no tener que acudir, el centro médico, ya que nuestro amigo Guille estaba bien pachucho aquel día. Además en la ruta hacia el pico Banderillas perdimos el camino y acabamos dando vueltas por un pinar en una ladera tremendamente empinada..., lo cual nos impidió llegar a nuestro objetivo pero nos permitió recorrer en profundidad un bonito pinar salgareño. Desde el punto de vista más positivo, ascendimos al cerro de Navalperal por Las Acebeas, un paraje mítico con una vegetación muy interesante y pudimos observar la Cueva de los Chorros, allí donde nace el río Mundo, con un caudal impresionante. Mención aparte merece el hecho de que durante este viaje conocí a una persona (su personalidad y forma de ser, no a ella físicamente) tremendamente especial para mí y con la que posteriormente compartí casi dos años de mi vida, Silvia.

Cueva de los Chorros, nacimiento del río Mundo

Monte "Las Acebeas", en la sierra de Segura
Esta vez el viaje me traía aquí con la misma agradabilísima compañía de la que ya disfruté en el pico de La Sagra, y el objetivo era recorrer el curso alto del río Borosa. Así, salimos por la mañana del domingo desde Cazorla hacia Vadillo Castril, donde continuamos por la pista que asciende hacia el Collado de Fuente Bermejo y Los Campos de Hernán Perea. Nosotros dejamos el coche en el citado collado y comenzamos a caminar por la pista que desciende hacia la laguna de Valdeazores. Por el camino recorrimos bosques de pino salgareño, el emblema de estas sierras, donde se pueden ver intercalados algunos ejemplares añosos y de buen porte, especialmente en las partes altas y rocosas de las muelas calcáreas. Otras especies arbóreas que se pueden observar en este tramo son el arce (Acer opalus subsp. granatense), el fresno (Fraxinus angustifolia), el acebo (Ilex aquifolium) e incluso algunos tejos (Taxus baccata). Mención aparte merecen algunos rodales de encinas (Quercus ilex subsp. ballota) y quejigos (Quercus faginea subsp. faginea), con ejemplares de gran porte. Me resulta especialmente sorprendente las dimensiones que alcanzan algunas hiedras (Hedera helix), que amenazan con ahogar los pinos sobre los que se apoyan en su crecimiento. El muérdago (Viscum album) crece de forma abundante sobre los pinos salgareños siendo sus semillas dispersadas por los animales. En realidad no era raro encontrar por el suelo montoncejos de dichas semillas (¿excrementos o vómitos?). Para los más apasionados de la ingeniería hidráulica, decir que en el tramo alto de este barranco se pueden apreciar algunos diques de corrección hidrológica-forestal.

Narcissus hedraeanthus

Bajando por el barranco de Valdeazores
Caminando tranquilamente y en un recorrido animado por multitud de aves forestales (carboneros comunes y garrapinos, pinzones vulgares, reyezuelos listados...), llegamos a las inmediaciones de la laguna de Valdeazores, con sus características aguas de color azul turquesa, y a continuación a la laguna de Aguas Negras y el manatial homónimo, situados en un enclave precioso rodeado de grandes bloques de caliza. En esta zona del recorrido conocimos a un nuevo y simpático amigo... Posteriormente atravesamos los túneles asociados a la infraestructura del salto hidroeléctrico del Borosa (con la intriga de ver si en algún tramo nos dábamos en la cabeza con el techo, ya que el paso es bastante estrecho en algunos puntos) y bajando por una senda bien marcada se llega al salto de Los Órganos, una cascada bastante interesante y bonita pero que este año presenta un caudal mínimo dada la escasez de precipitaciones. Por debajo, el río Borosa forma una serie de pozas de aguas turquesa donde en verano, según me informa Manu, se puede disfrutar de un bañito de lo más agradable. Llaman poderosamente la atención a una persona criada en el Alto Tajo como yo los edificios travertínicos que salpican toda esta zona aguas abajo del Salto de los Órganos. Estas estructuras se forman en enclaves donde las aguas contienen carbonato cálcico procedente de la disolución de la roca caliza presente previamente en la zona. En determinadas circunstancias, normalmente en áreas de cascadas o remansos, el carbonato cálcico precipita sobre la vegetación existente en el lecho del río, formando capas de mineral que cubren las hojas, ramas, musgos... A la larga, el tejido vegetal termina descomponiéndose y queda una roca muy porosa donde pueden observarse con facilidad moldes perfectos de hojas, ramas, piñas... Por la posición que ocupan en el valle, bastante lejos del cauce actual del Borosa, podemos tomar conciencia de lo que puede cambiar la posición del cauce de un río a lo largo del tiempo.

Laguna de Valdeazores

Nuestro nuevo amiguete posando.

Laguna de Aguas Negras reflejando las montañas circundantes
Nosotros y la laguna de Valdeazores

Edificio travertínico en la zona del salto de Los Órganos
Salto de los Órganos, un poco escasito de caudal
A la vuelta, desde el coche pudimos ver cabras monteses, la zona del pico Empanadas y el Estrecho de los Perales, donde nos hicimos alguna fotejo. Conclusión: ¡¡gran día en un entorno privilegiado!!

Entorno del pico Empanadas

En el Estrecho de los Perales

miércoles, 21 de marzo de 2012

Sierra de la Sagra (2.381 m)

Hacía ya tiempo que planeaba por mi cabeza la idea de volver a Andalucía para recorrer alguna de sus múltiples y preciosas sierras. Y es que esta tierra nunca nos defrauda cuando vamos a visitarla, y ya van unas cuantas veces; sierra de las Nieves, sierra del Aljibe, sierra del Pinar de Grazalema, sierra Bermeja, sierra de Tejeda, el Torcal de Antequera, sierras de Cazorla y Segura, sierra de Baza y, por supuesto, Sierra Nevada, son lugares que ya hemos visitado, algunos en repetidas ocasiones y que cada vez que vuelvo me siguen fascinando y enamorando incluso más que en la anterior ocasión. Además, viajar a Andalucía tiene el aliciente adicional -en realidad como en otras muchas regiones españolas- de la buena gastronomía con la que nos solemos deleitar tras las duras pero gratificantes jornadas montañeras.

Esta vez nos planteamos una serie de nuevos y atractivos objetivos entre los que se encontraba la sierra de la Sagra. La sierra de la Sagra (2.381 m) es la montaña más alta de las cordilleras Béticas fuera de Sierra Nevada. Se trata de un pico tremendamente aislado que me cautivó desde la primera vez que lo vi por su prominencia y su aspecto de volcán. Después, consultando a algunos compañeros del trabajo, me hablaron de otros puntos de gran interés para gente interesada en la vegetación y la flora como es mi caso: pinares de pino negral (Pinus nigra subsp. salzmannii) con ejemplares viejísimos y matorrales almohadillados espinosos de zonas de cumbre bien conformados.

La situación geográfica de esta sierra es bastante remota, en el norte de la provincia de Granada casi en el límite con las de Albacete, Murcia y Jaén, cerca de La Puebla de Don Fadrique. Para llegar allí desde Madrid hay que recorrer un largo y agotador trayecto que hace que haya que tomárselo con paciencia. Pero el paisaje ya se insinuaba interesante durante el tramo final del viaje, lo cual nos fue animando para llegar a nuestro destino. Este tramo que recorrimos de noche por carreteras secundarias nos permitió ver nuevamente una de las cosas que hace grande a este país: la variedad de sus paisajes, sus gentes y su medio rural. Al fin llegamos a Nerpio, en la provincia de Albacete, Lau, Iván, Gaby, Manu, Mamen, Óscar, Luis y el que esto escribe, con ganas de pasar un puente inolvidable. En el cámping de esta localidad albaceteña pasamos la noche.

A la mañana siguiente cogimos los coches y nos desplazamos hacia La Sagra, por una carretera que iba empeorando por momentos pero que nos permitió disfrutar de un paisaje lleno de hoces, barrancos, muelas, bosques, huertos de nogales y áreas de pasto. Pasamos junto a la sierra de las Cabras, donde se encuentra la máxima altitud de la provincia de Albacete, y aún pudimos ver que tenía algo de nieve. Finalmente entramos en la provincia de Granada a la altura del puerto del Pinar (1600 m), rodeados de bonitos pinares de pino negral (P. nigra), conocido en estas tierras como pino salgareño. Desde allí, hacia los Cortijos de la Sagra, donde comienza la ruta elegida para subir al pico, una circular con ruta de ascenso por el conocido como "Bosque Vertical", ascensión por la cuerda hasta la cumbre y descenso por la ruta normal del Collado de las Víboras. La ruta se encuentra descrita con detalle en este enlace. La ruta es sencilla de situar porque siempre tenemos visible la montaña, así que es difícil perderse. Sin embargo, hay que estar atento porque existe un tramo de "navegación" por pistas en el cual es posible despistarse. Desde el conocido como collado Blanco ya se ven en los farallones de la Sagra masas de pinos salgareños de grandes dimensiones con sus troncos plateados y sus copas más o menos aplanadas. Algo más adelante, cuando se llega a la base de un retén forestal se inicia el ascenso en fuerte pendiente por el "Bosque Vertical" en medio de árboles realmente majestuosos, con varios siglos de edad cada uno de ellos. El pino salgareño es la especie de árbol más longeva de la península Ibérica, al menos de forma documentada, alcanzando algunos ejemplares de la sierra de Cazorla, en el entorno del pico Cabañas más de mil años de edad (Creus, 1998). Me pregunto qué edad tendrán estos magníficos ejemplares de la sierra de la Sagra, ya que parecen realmente viejos.

Pinar salgareño en las paredes de la umbría de La Sagra.

Cicatrices en la base de un pino salgareño que fue objeto de aprovechamiento de teas por parte de los pastores para calentarse durante los días de frío en esta sierra.

Vistas hacia la sierra de Segura desde El Bosque Vertical

Parece que sí es vertical...
La fuerte pendiente hace que se alcance el collado de la Sagra Chica a unos 2000 m de altitud de forma bastante rápida. A partir de este punto ascenderemos hacia la cumbre por el cordal de la montaña, en un ambiente de "treeline", esa situación de ecotono donde los árboles no forman un dosel continuo y se encuentan salpicados entre el matorral almohadillado espinoso propio de las zonas más elevadas y venteadas de estas montañas mediterráneas meridionales. Las duras condiciones ambientales hacen que estos árboles presenten portes tortuosos y deformes, de una extraña belleza, que cautivan a todo amante de la Naturaleza que se anima a pasear por estos parajes. El matorral en esta montaña lo dominan la sabina rastrera (Juniperus sabina), el cojín de monja (Erinacea anthyllis), el piorno de crucecillas (Vella spinosa) y Hormathophylla spinosa y alcanza la propia cumbre de la montaña. Vimos individuos de pino salgareño hasta una altitud de 2280 m, que constituye el límite altitudinal superior para esta especie al menos en la península Ibérica.

Magníficos ejemplares de Pinus nigra en la treeline de la sierra de la Sagra a unos 2050 m de altitud.

¿Qué edad tendrán estos bonsais de pino salgareño? Sin duda que varios siglos de árbol nos contemplan.

Lau y yo con uno de estos impresionantes ejemplares.

Matorral almohadillado y pies tortuosos de pino salgareño. En primer plano, matas de sabina rastrera.

Matorral almohadillado espinoso de alta montaña mediterránea con uno "de los últimos de Filipinas" a unos 2200 m de altitud.
Finalmente alcanzamos la cima, desde donde las vistas son magníficas, pudiéndose contemplar las amplias vegas que se encuentran próximas a la montaña por el sur y  las sierras próximas de Segura, Cazorla y Castril. El descenso lo hicimos continuando el cordal hacia el collado de las Víboras, donde se puede visitar un bonito rodal de pinar salgareño con matas realmente extensas de sabina rastrera. Tras siete horas de marcha llegamos a los coches con una hermosa vista de esta imponente montaña que logramos coronar y con la alegría y satisfacción de haber pasado una jornada de montaña estupenda en una compañía inmejorable. :-)

En la cumbre de la Sagra (2.381 m), las vistas son realmente amplias y variadas.
Grupo expedicionario en la cumbre del pico de la Sagra.
Más pinos salgareños vetustos.
Grupo y la Sagra detrás.
El trayecto hacia Cazorla nos deparó una última sorpresa en forma de parcelas con secuoyas gigantes (Sequioadendron giganteum) que llaman mucho la atención entre los pinares-encinares que cubren la mayor parte de las partes bajas de La Sagra.