domingo, 12 de febrero de 2012

La sierra de Guadarrama con aspecto invernal (al fin...)

Este fin de semana, a pesar del frío y las importantes heladas que hemos registrado en el centro de España, hemos disfrutado muchísimo en nuestros paseos por la sierra de Guadarrama.

El sábado por la mañana, fui con mis amigos Lau, Iván y unos cuantos compañeros de trabajo de Lau (gente campestre a la par que agradable) a dar un paseo por la Pedriza de Manzanares. La mañana era fría, marcando el termómetro de la Kangooro -6ºC cuando aparcamos en Canto Cochino -aunque en el entorno del embalse de Santillana se alcanzaron los 8ºC bajo cero...-, pero el aire se encontraba muy calmado y la sensación de frío, bien abrigados como íbamos, no era especialmente incómoda. Además, lo limpia que se encuentra la atmósfera estas mañanas frías, especialmente tras varios días soplando viento fuerte, y la claridad del cielo azul hacen que disfrute especialmente estos días, aunque lo fundamental, como la mayor parte de las veces que salgo al monte, es la agradabílisima compañía.

En el primer tramo de subida hacia el collado de la Dehesilla, vimos algo nevada la Maliciosa, algo excepcional este seco invierno que estamos atravesando. Seco, pero últimamente frío, habida cuenta de la capa de hielo que tenía el arroyo cerca del refugio Giner de los Ríos y la escarcha que cubría la praderilla que hay nada más cruzarlo en dirección hacia el Tolmo.

La Maliciosa (2.227 m) vista desde la Pedriza
  Junto al conocido Tolmo y sus aparentemente imposibles vías de escalada artificial nos reagrupamos y comentamos un poco la jugada. En este tramo en ligera ascensión podemos encontrar algunas especies de arbolillos/arbustos que no son muy habituales en la Pedriza y dan cierto interés a la ruta, como el arraclán (Frangula alnus) o el acebo (Ilex aquifolium). Esto ocurre en el marco de un jaral de jara estepa (Cistus laurifolius) con brezos (Erica arborea) y algunas gayubas (Arctostaphylos uva-ursi), donde aparecen también algunos pinos albares (Pinus sylvestris), quizá derivados de las repoblaciones del entorno, robles melojos (Quercus pyrenaica) y encinas (Quercus ilex ssp. ballota). Así llegamos al collado de la Dehesilla, a 1453 m de altitud, donde hace un poco de viento que contribuye a destemplar un poquito a los montañeros que pasábamos por allí. Desde este punto ya nos dirigimos hacia nuestro objetivo, la base de la pared de Santillana. Para llegar hasta allí hay que recorrer uno de mis senderos favoritos en la Pedriza, por lo entretenido de trepar bloques de granito, pasar medio reptando por túneles constituidos bajo las rocas... El paisaje además me resulta de gran belleza, con los imponentes bloques graníticos salpicados aquí y allá con robles melojos, pinos, serbales... Finalmente llegamos a la pared de Santillana (aprox. 1750 m), donde unos valientes comenzaban a trepar por la fisura, a pesar del frescor imperante. Allí comimos algo y nos bajamos hacia el aparcamiento, contentos por haber completado un bonito recorrido montañero (escasamente exigente) en un día radiante.


Paisajes de la Pedriza posterior
Hoy domingo hemos madrugado bastante porque queríamos ir a visitar la cascada de Mojonavalle, cerca del puerto de Canencia, donde Pablo y Paula habían "fichado" interesantes vías de hielo. Al final varios amiguetes nos animamos a ir allí y probar suerte con los crampones y piolets, que estaban amenazados por la oxidación en un invierno como el presente. :-) Así que allí nos hemos presentado a primera hora, con una temperatura aproximada de -10ºC, aunque la sensación térmica no era del todo mala (el viento era inapreciable). La cascada me ha parecido preciosa, a pesar de que en algunas zonas el hielo no era de la mejor calidad (según los amiguetes más entendidos y habituados a subir cascadas de hielo). Aún así, hemos pasado una mañana muy divertida subiendo y bajando por el salto de agua completamente helada que es hoy por hoy Mojonavalle.



Cascada de Mojonavalle y escalada en hielo
Además, las vistas en el recorrido desde el puerto de Canencia hasta la cascada son realmente magníficas, con los pinares de pino albar, los circos de los Montes Carpetanos al norte y la presencia de árboles interesantes en esta zona del Sistema Central como el abedul (Betula sp.) o el tejo (Taxus baccata). En el borde de la pista forestal, cerca del Aula de la Naturaleza, existen unos ejemplares plantados de buenas dimensiones de abeto Douglas (Pseudotsuga menziezii). Vamos, que entre unas cosas y otras hemos disfrutado de una mañana inolvidable. :-)

Pinar albar y área del pico del Nevero

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