domingo, 19 de febrero de 2012

Sobre el origen de la agricultura y la ganadería en Oriente Medio

En esta entrada voy a tratar uno de los aspectos fundamentales en el devenir del ser humano y la civilización tal como la conocemos. Siempre me ha resultado un tema científico del máximo interés, apasionante. Pienso que además rebasa los límites del interés que se pueda tener por curiosidad científica. Cualquier persona debería estar interesada en recibir unas leves pinceladas sobre el origen de su modo de vida.

En el libro "Armas, gérmenes y acero" Jared Diamond trata de una forma magistral este punto, ofreciendo información actualizada al respecto. Recomiendo de forma encarecida su lectura a cualquier persona interesada en el papel que las condiciones ambientales, la biogeografía, la ecología y otros factores han desempeñado en la configuración actual de las civilizaciones y el poder humano. En su secuela "Colapso", este mismo autor profundiza en la importancia que además tienen las decisiones de los grupos humanos en su suerte. Lo cierto es que estos ensayos, especialmente el segundo, deberían ser de lectura obligada para todos los dirigentes del mundo, y quizá también para el resto de personas preocupadas por el devenir de la Humanidad.

Pero en este caso la información que quiero transmitir es de otra índole. La idea de escribir sobre este tema partió de la relectura de los trabajos del gran Herb Wright sobre las condiciones ambientales que propiciaron la domesticación de los primeros cereales y legumbres por parte de las comunidades Neolíticas. En ellos, una vez más Wright (el padre de la paleoecología tal como la entendemos hoy) se muestra como un visionario, un científico adelantado a su tiempo, que supo apreciar la potencialidad de diversas técnicas que iniciaban su andadura cuando se publicaron estos artículos (1968, 1976), como la palinología y la datación por carbono-14. Os recomiendo que si estáis interesados en este tema, busquéis información más actualizada al respecto para profundizar en ello (aunque lo que a continuación se expone no ha perdido vigencia ni mucho menos).En los siguientes párrafos aportaré algunos detalles de la información contenida en Wright (1968) y Wright (1976), ambos publicados en Science.

En primer lugar, la secuencia que condujo hacia el establecimiento de culturas sedentarias de agricultores y ganaderos se resumiría de la siguiente forma. El punto de partida para las culturas que iniciaron la domesticación de plantas y animales fueron grupos humanos con una economía de subsistencia basada principalmente en la caza y que vivían en cuevas y abrigos rocosos. Estas comunidades se mantuvieron en Mesopotamia hasta hace unos 13000 años. A continuación, en el periodo comprendido entre 13000 y 10800 años se logró una producción incipiente de alimentos, que culminó con el establecimiento de poblados sedentarios con una economía productiva de alimentos agrícolas y ganaderos.

La región de la cordillera Zagros (en la encrucijada entre Irán, Turquía, Siria e Iraq) constituye una de las zonas donde se inició este proceso de domesticación de plantas y animales. Para evaluar en qué condiciones ambientales se produjo este proceso clave en la evolución cultural humana se utilizó, como en tantas otras circunstancias, se estudiaron diversos lagos de esta región. El análisis de estos archivos sedimentarios reúne diversos aspectos muy positivos para el conocimiento ambiental pasado a escala regional. Por un lado, la información contenida en estas columnas sedimentarias tiene un carácter secuencial y puede situarse en un contexto cronológico preciso mediante el uso del análisis radiométrico de carbono-14, que comenzaba a extenderse en aquellos momentos. Por otra parte, los cambios climáticos a menudo se manifiestan de forma clara en la evolución de la cubierta vegetal, que a su vez se registra en la composición del registro polínico contenido en los sedimentos de lagos y turberas. La evolución vegetal durante las últimas decenas de miles de años en la cordillera Zagros presenta varios hitos principales que narraramos a continuación.

Durante los periodos fríos de la parte final de la última edad de hielo (hace unos 44000-17000 años), los registros sedimentarios del valle de Kermanshah y del lago Zeribar nos muestran que estepas frías, como las que pueblan actualmente las mesetas de Anatolia e Irán, cubrieron estas zonas de altitud media (1300-1400 m). Los robles (Quercus), que actualmente dominan en esta banda altitudinal de las montañas Zagros, parece que estuvieron ausentes de toda esta zona en este periodo. ¿Estuvieron presentes pero a cotas más bajas? El lago Mirabad, a 800 m de altitud, refleja una situación muy similar, con lo cual se descarta la presencia de los robledales a cotas más bajas en esta cordillera. Posteriormente, entre 17000 y 13000 años se aprecia el inicio de la transición de la estepa a las formaciones arboladas abiertas sabanoides con Pistacia y Quercus, que dominaron el paisaje entre 13000 y 8800 años. Esta cambio en la vegetación nos indicaría una transición hacia un clima más cálido -aunque aún más seco que el actual-. Por último, hace unos 8800 años se inicia el proceso que conduce al establecimiento de bosques densos en la cordillera Zagros. Esta dinámica sugiere un aumento progresivo en la precipitación o podría ir asociada a la migración de los árboles desde los enclaves donde se refugiaron en los periodos fríos del Pleistoceno hasta las montañas de Mesopotamia.


Diagramas polínicos de los lagos Zeribar y Mirabad, en Irán. Obsérvese la transición de una formación esteparia dominada por Artemisia y Chenopodiaceae, a formaciones de Quercus y Pistacia. Las edades C-14 están sin calibrar, mientras que para el texto las he calibrado y expresado en años corrientes de calendario (Wright, 1968).
Se puede apreciar, por tanto, que la transición de la economía cazadora-recolectora hacia la domesticación de plantas y animales se produjo de forma simultánea al cambio ambiental de una estepa característica de climas frescos a formaciones abiertas de robles y pistachos, propias de climas más templados. Tenemos también que la cebada silvestre y una de las especies de trigo se asocian con estas formaciones vegetales que debieron estar ausentes de la cordillera Zagros antes de 13000 años, por lo que los humanos no tuvieron oportunidad de domesticarlas con anterioridad. De este modo, la llegada de estas plantas al entorno donde vivían las comunidades de cazadores -vinculada al establecimiento del clima mediterráneo- y la mejoría climática que permitió a estas tribus vivir en las partes bajas de las montañas abandonando las cuevas donde vivían con anterioridad, unidas a la presencia de animales domesticables en las montañas próximas fueron los ingredientes que posibilitaron y facilitaron el proceso de domesticación de plantas y animales.

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