viernes, 25 de mayo de 2012

Por la sierra de la Puebla (Madrid)

La agradable y muy recomendable ruta que voy a describir a continuación la hicimos durante los primeros días de mayo, tras unos días de frío intenso que retrasaron de forma significativa la floración en estas montañas del centro peninsular. Esto nos permitió disfrutar de las hermosas flores de los narcisos y otras especies plantas de floración temprana, como veremos a continuación.

El objetivo de nuestro recorrido era ascender las principales cumbres de esta pequeña sierra a caballo entre las provincias de Guadalajara y Madrid donde aún es posible realizar recorridos de montaña en plena naturaleza con una afluencia relativamente limitada de público. Desgajada de las principales elevaciones de la sierra de Ayllón como el pico del Lobo, la Cebollera Vieja, el Cerrón o La Buitrera y aproximadamente a la misma latitud que el Ocejón, la sierra de la Puebla ofrece unas vistas impresionantes tanto de esas cumbres como de las algo más lejanas de la sierra de Guadarrama e incluso de la Campiña del Henares y la Alcarria.

Dejamos el coche en el km 29 de la carretera que une Prádena del Rincón con Puebla de la Sierra, frente a una pista forestal que nos conduce a través de un pinar de repoblación (Pinus sylvestris) hacia el Collado Salinero. Allí se toma el GR-10, que subiendo por el cordal nos conduce en poco tiempo a la cumbre del Porrejón (1827 m). Ya desde este vértice geodésico se pueden divisar todos los accidentes geográficos que mencionaba anteriormente, así como los profundos valles de la vertiente guadalajareña.


Vistas desde el alto del Porrejón (1.827 m)

Nosotros en la cumbre del Porrejón
En esta zona alta de la sierra pudimos ver varias plantas en flor, fundamentalmente narcisos (Narcissus triandrus subsp. pallidulus, Narcissus rupicola) y Armeria caespitosa, especie exclusiva del sector central y oriental del Sistema Central.

Armeria caespitosa

Bonito escarabajo muy abundante en el cordal.

Narcissus rupicola
Desde el Porrejón se continúa descendiendo por el cordal hasta el Collado de las Palomas, desde donde se continúa en ligero ascenso por el cordal que conduce a La Tornera, el pico más elevado de esta sierra. Antes de llegar a la cumbre, en unos canchales de la vertiente de Guadalajara, pudimos ver magníficos y vetustos ejemplares de roble albar (Quercus petraea) dispersos aquí y allá sobre un manto continuo de gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) en flor. Bajo esta zona, inmensas superficies aterrazadas donde las repoblaciones forestales tuvieron un éxito desigual. No voy a opinar sobre si estas tareas fueron adecuadas o no, porque las decisiones hay que juzgarlas en el contexto en que se producen, pero lo que sí es cierto es que el impacto del aterrazamiento sobre la geomorfología de las laderas es realmente salvaje y de difícil solución. Después de visitar estos "ancianos venerables" ya subimos a la cumbre de La Tornera (1866 m), donde continuamos disfrutando de amplios horizontes.

Amiguetes con la cumbre de La Tornera al fondo
A la izquierda de La Tornera el canchal donde estaban los grandes y vetustos robles
Gayuba (Arctostaphylos uva-ursi) en floración

Laderas de La Tornera hacia Puebla de la Sierra. Melojares y repoblaciones de pino que están siendo "engullidas" por la pujanza de los robles melojos.
Pues eso, que aquí hay un mirador muy recomendable.
Cumbre de La Tornera (1866 m)
El descenso lo hicimos por la vertiente de Puebla de la Sierra, por Cabeza Minga, hasta alcanzar una pista forestal que seguimos hacia el norte siguiendo más o menos a la misma altitud hasta la carretera que asciende desde el la Puebla hacia el puerto homónimo. En todo este tramo se atraviesa un pinar de repoblación donde existe un pujante regenerado de marojo (Quercus pyrenaica) a partir de árboles viejos ahuecados que se respetaron en las tareas de repoblación y que actualmente se pueden observar intercalados entre los pinos albares. En algunas zonas ya se ha comenzado a aclarar el pinar, lo cual sin duda repercutirá de forma muy positiva en la recuperación de la cubierta forestal original, al liberar de competencia a los robles.

El último tramo se hace un poco pesado, ya que recorrimos unos kilómetros de carretera hasta llegar al coche, cruzando por el puerto. En este punto existe un mirador desde el cual se tienen unas vistas muy buenas de toda la comarca. Al final, unos 25 km de recorrido con 1000 m de desnivel en ascenso que nos supusieron un buen entrenamiento de cara a futuras marchas que teníamos en el mes de mayo como los 101 km de Ronda o los 10.000 del Soplao. :-) A continuación, el track de GPS cortesía de Ignacio.


1 comentario:

  1. Por esa zona hemos ido varias veces a hacer rutillas, ya que una amiga trabajó por ahí "medioambientalmente" hablando...
    Lo único que no teníamos "ilustramiento" geobotánico, lástima!!
    Sigue con estas entradas tan chulas y a ver si nos vemos, lutiako!

    Oscar García

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